Estoy sorprendida, si tuviera que ponerle un título a esta cuaresma sería:
Volver a casa.
Volver a casa.
Desandar lo andado, caer en la cuenta de que lo que buscaba fuera está dentro. Dentro de mí. Descubrir la Presencia del Padre que me habita. Echarme a su cuello, sentir su beso. Reconciliarnos y recorrer juntos las estancias interiores del alma. Sentirme amada. Y acompañada. Y aprender a mirar con su mirada. Y así, celebrar la Pascua desde el centro.
Esta cuaresma para mí no es IR, es VOLVER.
¿Me acompañas?
¿Me acompañas?
Hna Marta María C.
Misionera Eucarística de Nazaret
Yo también quiero volver... ¡te acompaño!
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