El Evangelio de hoy nos invita a poner nuestra mirada en el
viñador (Jesús) paciente y confiado que dice: «…Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de
ella y la abonaré.
Puede ser que así dé
frutos en adelante» (San Lucas 13,1-9).
Dios, como el viñador, cuida esta viña, este pequeño ‘huerto’
que eres tú y que soy yo, para trabajarnos y poder dar fruto en nosotros. Jesús
pide al Padre que espere todavía un año. Y en ese tiempo él hará todo lo ‘posible’
(y hasta lo imposible, muriendo por nosotros) para que demos fruto de su amor.
«Todavía un año…»
es la esperanza que nos promete Jesús si confiamos en que Él puede
transformarnos de verdad. ¡Anímate y pídeselo en esta cuaresma!
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