Aún, cuando tú no lo veas, no lo tengas en cuenta, Dios te
está salvando, en cada momento de tu vida. No le importa el precio que debe
pagar por ti. Continúa dando su vida por ti, en la cruz, porque te ama. Y lo
sigue haciendo en la
Eucaristía.
Él se mueve hacia ti. Sale a tu encuentro de diversas
maneras para ofrecerte una vida nueva, plena, llena de esperanza… Quiere
compartir contigo su Vida Eterna… ¿Quieres recibirla? Es tu oportunidad.
¡Acógela en esta Pascua!
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