La celebración de nuestra Vocación toca de lleno nuestro corazón. Jesús, mueve nuestra vida hacia la entrega vocacional total, en medio de nuestro mundo en el que hoy vivimos y que el mismo Dios Padre nos confía cada día. Nuestra vida esta llamada a proclamar con gozo y alegría las maravillas de Dios que nos ha elegido para que “vayamos y demos fruto, y nuestro fruto perdure”.
Hoy y siempre, María es presencia entre las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, como Madre, Maestra y Modelo de Mujer Eucarística. Con ella proclamamos las grandezas que el Señor ha hecho en nuestra vida y continúa haciendo, y le damos gracias por el regalo de la vocación, por llamarnos a vivir en comunión con Jesús, a través de la oración, de su Palabra y Eucaristía. Por llamarnos a formar parte de una comunidad, a construir fraternidad y a descubrirlo en el rostro de nuestros hermanos. Por el amor gratuito que nos has demostrado al llamarnos a ser Misioneras Eucarísticas de Nazaret y por el don de nuestros fundadores. ¡FELIZ ANIVERSARIO NAZARET! Y como dice el Beato Manuel González: ¡La mayor Fidelidad! ¡El mayor Silencio! ¡La mayor Obediencia! Hoy y siempre…
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