Ese 'sígueme' dicho a un alma por Jesús, que sabe, puede y quiere cuanto dice, equivale a esto otro: alma, conozco tan bien tu pasado, tu presente y tu porvenir, me fío tanto de tu cariño, me encuentro tan a gusto junto a ti, te necesito tanto para mi gloria y me necesitas tanto para tu dicha, que no quiero vivir sin ti, ni me atrevo a decirte el 'anda' hasta luego, sino que quiero que estés conmigo todos los instantes del día y de la noche.
Por eso, esa palabra la solía decir el Maestro después de bañar con una mirada suya tan tierna como penetrante, a los que escogía para el dulcísimo oficio de amigos íntimos suyos."
Beato Manuel González
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