Padre,
sabes que la felicidad que buscamos tiene un nombre, un rostro, el de Jesús de
Nazaret oculto en la Eucaristía. Despierta en el corazón de los jóvenes la
decisión de buscarte y alcanzarte.
Envía, Señor, Misioneras Eucarísticas de
Nazaret, para acabar con los abandonos de tu vida eucarística en el mundo
entero.
Espíritu Santo, con la misma fuerza con que conviertes el pan y el vino
en el Cuerpo y Sangre de Cristo actúa, transforma y libera el corazón de tantos
jóvenes para que vivan consagrados a Ti, en castidad, pobreza y obediencia.
Envía, Señor, Misioneras Eucarísticas de Nazaret.
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