
El camino de Santiago es una experiencia personal, porque cada uno sale con lo que es, lo que tiene, a recorrerlo; cada uno se pone en marcha con sus interrogantes y sus deseos, con sus energías y capacidades, con su fe y sus problemas y espera encontrar algo para su propia situación. En el camino se vive una experiencia que deja huella y que transforma desde dentro, se está abierto, con los ojos, el oído y el corazón, para dejarse transformar por él.
Pistas para orar en el camino de la vida
• Mira, escucha, respira hondo, descubrirás huellas y maravillas: El contacto con la naturaleza, los pueblos y sus gentes, el arte, la historia, los otros peregrinos, los hospitaleros ¡Esa es la belleza!, ¡algo irrepetible!, huellas del Creador.
• Disfruta del silencio, de la soledad, busca la mirada del Peregrino, Amigo y Compañero: Jesús, camina junto a ti, Él es “CAMINO, VERDAD Y VIDA”. Siéntate junto a Él, sin prisas.

• Aliméntate con su Pan de vida, vive la Eucaristía.
• Levántate con alegría, marcha peregrino, vuelve a “casa”, ahora empieza para ti el verdadero camino, el de la vida diaria, cuenta lo que has experimentado y vivido en gratuidad en el camino…El camino ha operado en ti profundos cambios; vive con lo justo y necesario, saluda y sonríe, sirve, comparte, ayuda.
• Invita a otros a vivir esta experiencia del Camino, a beber gratuitamente de la fuente de vida que brota a raudales para todos.
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