miércoles, 26 de marzo de 2014

Dios no quita nada, lo da todo

    "El encuentro con Jesús vivo en la Eucaristía, marcó un antes y un después en mi vida. Aquella experiencia despertó en mi corazón el deseo de seguirle más de cerca, de ofrecerle mi vida. Por eso puedo pronunciar cada día mi “SÍ”, porque es respuesta a una invitación: “Sígueme”, es gracia, es Él quien lo renueva cada día, y es gozo, porque es Él quien lo llena de sentido. Quiero compartir contigo la alegría de seguir a Jesús como Misionera Eucarística de Nazaret, y agradecer al Señor el don precioso de mi vocación nazarena. Quizá Dios está golpeando a la puerta de tu vida... “Si me abres entraré, cenaré contigo y tú conmigo”. ¡No tengas miedo!, Él no quita nada, lo da todo." 

Hna. Carolina María


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