Durante los días de Semana Santa vivimos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, su entrega y salvación por todos nosotros. Esa misma entrega y salvación que continuamos celebrando en la Eucaristía. En la Eucaristía, Cristo mismo se hace presente de forma mistérica y sacramental, en cuanto Cristo crucificado, muerto y resucitado para la salvación de los hombres. Esta actualización nos fortalece, alimenta nuestra opción cristiana, renueva nuestra fe, nuestro amor y nuestra esperanza, nos libera y nos salva.
"Jesús, Maestro mío, ¿me permites alargar tu definición del 'mayor amor'?
Tú dijiste: 'Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos',
a no ser el que ha inventado la Eucaristía para darla todos los días
y todas las horas ¡hasta la consumación de los siglos!
¡Este sí que es el 'mayor amor', perpetuado en una locura!"
Beato Manuel González
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