domingo, 24 de marzo de 2013

¿Una recompensa?


Recuerdo un miércoles de ceniza cuando el sacerdote proclamó el Evangelio, se me quedó grabada la frase: “Y, tu Padre que ve en lo escondido te recompensará”. Seguramente, en ese momento, no entendí nada. Y tampoco intuí cuál era la recompensa. Ahora, con el paso del tiempo, después de haber escuchado año tras año estas palabras, no sé si entiendo más o no, sólo sé que al final de una Cuaresma, coincidiendo con la celebración de mi cumpleaños: ¡18 años!, el Señor me “recompensó” con la llamada a la vida consagrada, con la llamada a ser Misionera Eucarística de Nazaret. Y desde ese día en mi corazón está latente ese “regalo sorpresa” y el deseo de hacerlo partícipe a los demás, en la confianza, en la compasión, en el abandono, en la humildad, en el gozo, en una palabra: en un plus de amor. Por eso la Cuaresma para mí siempre tendrá el sabor de una “recompensa”.



 ¿Has descubierto ya tu "recompensa" de esta Cuaresma? No lo dudes, Dios te está preparando ese "regalo sorpresa" con sabor a recompensa.
Hna. Mª Teresa Castelló
Misioneras Eucarísticas de Nazaret

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